Por el honor del Profeta (sobre el las alabanzas y la Paz) y sobre su Familia y Compañeros, y a los espíritus de los Profetas, y a los Emisarios que sirvieron sus Leyes y a los Cuatro Imans y a Los Sheikh de la distinguida Orden Naqshbandi, principalmente al Imán de la Vía, el Socorredor de la Creación, el Maestro Imamu t-Tariqah wa Ghawthu l-khalikah Khwajah Muhammad Bahâuddin Sha Naqshband l-Uwaysi l-Bujari, al Sultanu l-Awliya Mawlana Abdullah Al-Faizi Ad-Daghistani y a Nuestro actual Maestro Kadhimu s-Sadati n-Naqshbandiyah Sultanu l-Awliya Mawlana Sheikh Muhammad Nazim Adil al-Haqqani al-Qubrusi an Naqshbandi y a los Rectos.

viernes, 21 de mayo de 2010

El legado del profeta Muhammad SWS

Viajamos tras los pasos del profeta hasta el desierto de Arabia y la ciudad santa de La Meca, donde se desarrolló la mayor parte de la historia del profeta Muhammad. Su murió antes de su nacimiento y su madre falleció cuando sólo tenía seis años. Fue acogido por un poderoso tío, estableció un negocio rentable y se casó bien. Su transformación llegó al cumplir los cuarenta. No sabía leer ni escribir, pero anunció que era el profeta de Dios. Durante los siguientes veintitrés años llevó la paz a las guerreras tribus paganas de Arabia y estableció la religión del Islam, que hoy en día cuenta con 1.200 millones de seguidores. Grandes estudiosos del Islam norteamericanos ofrecen el contexto histórico y la perspectiva cultural convirtiendo este programa en historia en tiempo presente.


martes, 30 de marzo de 2010

Un Viaje por las Estaciones de los Amantes



En el Arco de Tu Mazo - Rumi

No vayas a ningún lado sin mí.
No dejes que nada suceda en el cielo aparte de mí,
o sobre la tierra, en este mundo o en aquel otro,
sin mi ser en su suceso.
Visión, no veas nada que yo no vea.
Lengua, no digas nada.
La manera en que la noche se conoce con la luna,
sé eso conmigo. Sé la rosa
más cercana a la espina que soy .
Quiero sentirme en ti cuando pruebes la comida,
en el arco de tu mazo cuando trabajes,
cuando visites amigos, cuando tú solo
subas al techo por la noche.
Nada hay peor que caminar por la calle
sin ti. No sé a dónde voy.
Tú eres el camino, y el conocedor de caminos,
más que mapas, más que amor.

lunes, 22 de marzo de 2010

El maestro que nadie advirtió - QUIÉN ES EL SHEIK HASSAN DYCK?

Por: Cicco.  Vino AC/DC. Vinieron los muchachos de Coldplay. Vino Julio Iglesias y vinieron las estrellas del reggaeton. Toda esa gente vino a la Argentina y fue sensación. Los medios le dieron espacios abismales y los recibieron con bombos y platillos. Sin embargo, estuvo de gira por la Argentina y Chile hasta hace poco, un hombre de barba blanca y turbante, un señor solitario, en apariencia frágil, y que va por todo el mundo tocando su cello y contando historias. Si no fuera porque alguien te lo recomendó, o tenés curiosidad por Oriente, o no sentís prejuicio alguno y aún creés que, detrás de un turbante y una barba, se puede esconder un maestro, entonces, quizás te enteraste quién es el Sheik Hassan Dyck. Porque, si fuera por los medios, salvo excepciones, este hombre hubiese atravesado nuestro país como un sueño.

Sheikh: así llaman a sus maestros los sufis, el camino místico del Islam que entiende que todo parte y concluye en Dios. Se dice que el sufismo concentra la esencia de todas las religiones. Defienden a Muhammad. Pero también a Jesús y a los patriarcas del Antiguo Testamento. Los sufis cultivan el buen carácter, se inclinan por el amor incondicional y consideran la música, como el mejor trampolín para acercarse a Dios. Hassan Dick, seguidor del gran Sheik Mawlana Nazim Al Haqqani, a quien llaman en Europa “el mago de la música” es una prueba viviente de cómo se puede ser humilde, se puede ser agudo, se puede ser un gran artista y, además, se puede ser un maestro sufi. “Él quizás está en este mismo cuarto”, dicen los que lo conocen, “y es tan sencillo que nunca notarías su presencia. Sólo abre la boca si tiene algo importante para aportar, si no, prefiere callar”.

Si escuchás por primera vez su música, lo más probable es que sientas cierta incomodidad. No es música de cuna. No es música de Coldplay. No es música para bailar en el boliche. El Sheik culmina sus shows con mantras y palabras sagradas en árabe, y, si te quedás afuera, si no cantás con él, lo más probable es que te parezca una locura absoluta. Pero, si dejás tu oído de radio FM a un lado, si cantás, tal vez encuentres que su música te lleve adonde él quiere. Y creeme: si eso sucede, vas a amar a este hombre.

Con un pie en el aeropuerto de Ezeiza, el Sheik contestó siete preguntas. Se tomó su tiempo, respiró hondo y expuso por qué el Islam, más queuna amenaza, puede ser el mejor camino para acercarse a Dios.

–¿A qué edad se hizo sufi?

-Entré al sufismo el día que nací, porque como dijo el Profeta Muhammad todo ser humano nace musulmán, que quiere decir, alguien completamente rendido a la voluntad de su Señor. Y nuestro camino se trata de rendirnos a la voluntad de nuestro Señor, dejar nuestro ego y rendirnos. Luego, al tiempo de nacer, quizás se te educa de una forma distinta, por ejemplo, en mi caso yo he sido educado como cristiano, y tomé este camino, por decirlo así, a los 29 años. Y cambió mucho, cambió mucho, podría decir que fue como la noche y el día, primero viene la noche y luego el día, primero la oscuridad y luego la luz.

-Cuéntenos, ¿por qué el Islam tiene tanta mala imagen en Occidente?

-La mala imagen del Islam tiene que ver por un lado con cuestiones políticas. Cuestiones políticas y poderes negativos, de gente muy codiciosa que quiere meterse todo el mundo material en sus bolsillos. Y el Islam es el único poder en este mundo que ellos ven como una amenaza. Solo el Islam puede salvar al mundo de la completa destrucción de estos tiempos. Decimos, por ejemplo, que tomar solo una regla del Islam puede salvar al mundo. Por ejemplo, eliminar los intereses. Imagínense, los intereses hoy están empobreciendo a la gente, endeudando a los países. Si eliminas los intereses mucha más gente estaría feliz y en paz, y salvarías a cien mil personas que cada día mueren de hambre. Esto es un asesinato.

Y, por otro lado, esta mala imagen del Islam, tiene que ver con errores dentro de la comunidad musulmana, especialmente de cierta gente extremista, que han sido mayormente educados en la doctrina wahhabi. Es una doctrina que solo tiene doscientos cincuenta años, originada en un hombre llamado Abdul Wahhab, que vino a intentar negar o modificar lo que venían sosteniendo los eruditos musulmanes por dos mil quinientos años. Esta gente extremista, quisieron inventar algo nuevo y negaron el sufismo. Y el sufismo busca cambiar el carácter del ser humano. Y el Profeta vino por esta razón, para cambiar el carácter del ser humano. Y esta gente niega a los santos, a los maestros. Por esta razón han perdido el buen comportamiento, y se han volcado al fundamentalismo, al fanatismo, y cometen atentados suicidas, que es algo absolutamente prohibido. En el Islam está prohibido inclusive matar sin razón a una hormiga. Pero ellos manipulan las sagradas escrituras para tomar lo  que ellos quieren.


-¿Le parece bien que el presidente Obama haya recibido el Nobel de la paz?

Me sorprendió mucho, porque parece una ironía. Porque no existe un país en la historia que haya llevado adelante tantas guerras como ese país. Y él es el presidente de ese país, por eso digo ¡es un chiste! Podríamos decir, bueno, él intentó llevar adelante ciertos diálogos, pero ¿Dónde están los resultados? ¿Alguien ha visto los resultados?

-Para alguien que no sabe qué  es  ser sufi, ¿en qué diría que se distingue de otros caminos espirituales?

-La diferencia es la misma que hay entre un auto bueno y un auto lento. O la diferencia que hay entre un cohete y un burro. Porque el sufismo es la esencia de todo camino esotérico. El sufismo no es algo nuevo. Un santo dijo: la semilla del sufismo fue sembrada en el tiempo de Adán, el florecimiento del sufismo fue en el tiempo de Jesús, la paz sea con él, y los frutos del sufismo fueron tomados en el tiempo del Profeta Muhhamad, la paz sea con él. Siempre hubo sufismo, porque el sufismo es el camino del ser humano para encontrar a su Señor. Uno viene de su Señor, aparece en este mundo,  vive su vida, corta vida, y retorna a su Señor. Su alma vuelve a los Océanos de misericordia de su Señor. El sufismo trabaja en la Unión de estas realidades, en la conexión con los cielos, conexión con Dios. Y esto se logra a través del buen carácter, respetando a todos, siendo amable con todos, ser paciente para cargar las malas características de los demás, rezar a tu Señor, incrementar tu fe, porque cuanto más fuerza espiritual tengas, mejor te vas a comportar con la gente. Y el sufismo es perfecto. A todos los caminos podés encontrarlos en el sufismo. No hay camino espiritual que no esté contenido en el sufismo.

-¿Es posible amar a los enemigos?

-Por supuesto. Es lo que han hecho los profetas. Los ciento veinticuatro mil profetas que Dios ha enviado como mensajeros para mostrar su camino hacia Él han hecho esto.

Es difícil para la gente común, pero los profetas lo mostraron. Jesús, la paz sea con él, dijo: si alguien te pega, muéstrale la otra mejilla. Así fue en el tiempo de Jesús y también en la primera época del profeta Muhammad, la paz sea con él.

Luego el Profeta Muhammad recibió  la orden divina de defenderse a si mismo.

Si una víbora te ataca podés matarla, o si viene un loco y amenaza a tu familia debés defenderte. Así es en el Islam. Pero, al mismo tiempo, en el sufismo decimos que, verdaderamente, no hay enemigos afuera de uno. Por lo tanto, en ese caso la pregunta pierde sentido. Por eso los Profetas tenían ese inmenso corazón, porque comprendieron que no tenían enemigos, que es una ilusión creer que el enemigo está afuera de uno. No hay enemigos afuera de uno, es una ilusión. Una ilusión que Satán, el demonio,  planta en tu corazón.

Tenemos cuatro enemigos y están todos en nuestro interior. El primero de esos cuatro enemigos es el demonio, que todos tenemos dentro, y es el que te hace creer que tenés enemigos afuera. Te alimenta con ilusiones y pensamientos equivocados.

Segundo, tu ego, que te hace correr detrás de sus deseos, que quiere todo, y se vuelve un mounstro, porque es envidioso, codicioso, iracundo, orgulloso y además es un tirano.

Causa problemas en uno mismo y en los demás. Así es el ego sin control. Un gran enemigo. El mayor enemigo.

El tercer enemigo es el amor excesivo por este mundo, el amor excesivo por lo material, lo que lleva a tu ego a querer tenerlo todo. Ese es otro enemigo.

Y, finalmente, tus inagotables deseos, de la mañana a la noche tenemos una fuente inagotable de deseos y más deseos. Este es otro enemigo.

Porque, finalmente, debes dejar tus deseos por el deseo de tu Señor. Esos son los cuatro enemigos que tienes. Otro enemigo no tienes. Y, si vemos algo malo en alguien no decimos: esa es una mala persona. Decimos: él está ahora cargando una maldad. Pero, de un momento a otro, quizás Allah lo cambie, lo haga mejor. Pero no decimos esa persona es mala.



-¿Por qué se hizo músico?

-No me siento un músico. O sea, toco música, aprendí música, mi madre era cantante de ópera y yo estudié música y fue mi profesión por algún tiempo. Pero yo no me siento un músico, sino que nosotros utilizamos la música como un medio, un medio para experimentar realidades espirituales. Ese es el mensaje de nuestra música. Experimentar nuestra espiritualidad.

Por ejemplo nosotros llamamos a nuestros encuentros conciertos, porque es la palabra más conocida para la gente. Pero en tiempos antiguos estos encuentros eran llamados Samá. Este era el nombre que usaba el gran santo y poeta Jalaludin Rumi para sus sesiones de música. Samá significa “el que escucha” y nuestros encuentros son encuentros para escuchar. Antes que todo está la escucha. El origen de la palabra Samá está en uno de los 99 preciosos nombres de Allah, el Creador. Uno de esos 99 nombres es Sami, el que todo lo escucha. Y la condición para el Samá es que el intérprete debe conectar su corazón con la realidad espiritual de su maestro, con el corazón de su maestro. Y, a través de esa conexión, llega la inspiración de lo que es necesario para la audiencia. Es una conexión muy fuerte con la audiencia.

Es por ello que Rumi dijo: El que toca es el que escucha y el que escucha es el que toca.

Porque el maestro, a través de sus secretos espirituales, envía a cada corazón, a través del intérprete, lo que cada corazón necesita. Nuestro maestro se llama Muhammad Nazim al Haqqani, tiene 87 años y vive en Chipre. Por lo tanto todos escuchamos, somos todos oyentes. Y hay un mensaje, el mensaje es que cada uno despierte, despierte en esta vida. Como dijo el Profeta Muhammad, la paz sea con él: “muere antes de morir”.

-¿Cuál son las tres lecciones más importante que aprendió en su vida?

- Si estás despierto, conciente, todo es una lección. Por ello el Profeta Muhammad, la paz sea con él, dijo que aprender es una obligación. En el Islam tenemos una diferencia entre lo que es optativo, recomendable y lo que obligatorio. Cosas que debes hacer y cosas que podrías hacer, que son voluntarias. Y el dijo: Para el ser humano es obligatorio aprender desde el comienzo hasta el fin. Por ejemplo, un bebé aprende muchísimo. Todo el tiempo está aprendiendo. Luego, cuando crece, debe aprender concientemente, darse cuenta que cada cosa es un aprendizaje. Y, si mira con sabiduría, va a saber tomar el aprendizaje de cada situación. Y nuestro maestro dice: No debes mirar sin sabiduría nunca. Si miras algo sin conciencia te estás equivocando. Usa los ojos que Dios te dio con sabiduría, Usa los oídos que Dios te dio con sabiduría, usa la lengua que Dios te dio con sabiduría, para cosas buenas, no para cosas malas. Usa el corazón que Dios te dio con un buen propósito, usa la mente que Dios te dio para cosas buenas. Úsalas con sabidurías. Y vas a encontrar infinita sabiduría. Por eso, si debo hablar de situaciones no sabría por donde empezar. Este momento es una lección, cada momento es una lección, en todos lados.

viernes, 19 de febrero de 2010

Un viaje musical a la conciencia - El místico sufí Hassan Dyck ofreció un concierto en el espacio Valle Tierra

"Sueña dulcemente, come dulcemente, habla dulcemente." Las suaves palabras de Hassan Dyck se desparraman como un cántaro fresco de agua sobre la platea. Fuera de la sala, el calor es abrumador. Adentro, el estado contemplativo que produce su música baja varias décimas la temperatura ambiente. El pulso se desacelera. El silencio es como una suave manta que cubre a los espectadores. Hassan Dyck está con su atuendo sufí y una parsimoniosa letanía que contrasta con el ruido externo. "Para escuchar, se necesita pureza", advierte, apenas iniciado el viaje interno. "El 99% de las personas no se escucha; por eso hay mal entendimiento", dirá después el maestro.
Un viaje musical a la conciencia
Un recital con rastros de ceremonia sufí y la gente en estado contemplativo Foto: LA NACION   /   Soledad Aznarez
Dyck es alemán; se formó en música clásica y contemporánea, pero en un momento de su vida, como cualquier mortal, tuvo un destello de iluminación. Descubrió la música de Oriente (tocó en la Sinfónica de Nueva Delhi) y una filosofía espiritual que le reveló un mundo nuevo. Dyck cruzó el portal y, sin dejar de tocar su chelo, se transformó en un místico mensajero del legado sufí, que ahora lo trae a Buenos Aires y continuará por Córdoba, Rosario, Mendoza y Río Negro.
Un loop se repite en una secuencia electrónica; Dyck canta unos mantras y traza una línea delicada sobre el lienzo desnudo del silencio. A su alrededor, un público escucha al sheik con la devoción de un discípulo frente a su maestro. Con humor va hilvanando relatos tradicionales de Rumi, que se alternan con delicadas canciones que hablan del cielo en la Tierra y de los oficios terrestres, como cuando en los funerales tocaba piezas con su chelo para recibir algunos marcos.
Por momentos, Dyck parece un antiguo juglar del medievo y, en otros, un derviche en su santuario, que no para de girar en alabanza a Dios. Canta en inglés como un viejo blusero, o mantras orientales que lo acercan a su divinidad interna. Utiliza el arco para crear climas más graves o se desliza sobre escalas menores. Con su música, Dyck quiere unir el mundo material con el universo de lo divino; para eso canta; para eso toca para otros. Dice que sus cantos devocionales son la posibilidad de acercarse a la esencia de cada uno: "Esta es apenas la parada dentro de un largo regreso a casa".
Habla de puertas que se abren, del cielo y el infierno dentro del propio hombre, de la incomunicación y de la divinidad interna. El sheik invita al público a subirse a su alfombra mágica y, como en un cuento de L as mil y una noches, lleva con su música a territorios situados fuera de la realidad ordinaria.
En éxtasis, la gente repite los mantras de Hassan Dyck, sobre una base suave que proporcionan el sonido del armonio y la tambora. Cuando finaliza, la vibración de esos cantos derviches queda flotando en el aire. Dyck se despide en silencio. Enseguida, un suceso extraño: alguien se roba la recaudación de la noche. Los sufíes locales se desesperan. Alguien llega a decir: "La compensación del universo. Después de tanta luz, hizo un poco de oscuridad para equilibrar".
Gabriel Plaza 
Sonidos espiritualesUn viaje musical a la conciencia El místico sufí Hassan Dyck ofreció un concierto en el espacio Valle Tierra
lanacion.com | Espectáculos | Viernes 29 de enero de 2010
 

jueves, 28 de enero de 2010

El Gran Mufti que lavaba retretes - Mawlana Sheikh Nazim

Nuestro gran maestro solía hablar frecuentemente sobre la búsqueda del conocimiento, a pesar de que normalmente los sabios no suelen aceptar el conocimiento de los awliya (santos); no aceptan nada que provenga de fuera del conocimiento libresco, que es el que ellos manejan muy bien. ¿Por qué, debéis preguntar, adquieren (los awliya) este conocimiento de los libros, aunque no están necesitados de ello, debido a los manantiales de conocimiento que hay abiertos en sus corazones? Mi gran maestro decía que la gente de la Verdad (ahl-ul-haqiqah) utilizan este conocimiento de los libros con el propósito de "cazar", para atraer a la gente culta al camino sufí (de la purificación); porque saben que a no ser que muestren el conocimiento de los libros, estos eruditos nunca los seguirán ni se someterán a ellos; pero si exhiben y aprenden el conocimiento de los libros, estarán capacitados para efectivamente traerlos al Camino.

Aquellos que han recibido el conocimiento divino son cazadores, y cazadores con una milagrosa facilidad para atrapar presas, pues así, usando estos poderes, pueden atrapar a la gente culta de incluso los más altos rangos: muftis, Grand-muftis y sheikh ul-islam (el más alto grado de los eruditos externos), que se encuentran tan orgullosos de sus conocimientos.

Mawlana Khalid al-Bagdadi (muerto hace ciento cincuenta años) era un gran -Gransheikh del camino sufí, y también era un conocedor de las disciplinas de los libros. Con la combinación de sus habilidades el "atrapó" al sheikh ul-islam de su tiempo, que era considerado el más eminente erudito. Este maestro del Islam, este gran sabio, dejó su posición y todos los honores que conllevaba para someterse enteramente, y así seguir las enseñanzas de Khalid al-Bagdadi. Cuando el gran sabio llegó a Khalid al-Bagdadi, la primera cosa que le ordenó fue la de ir a trabajar a la gran mezquita como limpiador de retretes. "Esta," le dijo, "será tu tarea.".

Los grandes maestros ordenan a sus seguidores (murid) el realizar tales tareas para conseguir que sus egos sean reducidos al nivel de la humildad, porque los egos, especialmente aquellos de la gente culta, son los más orgullosos -y el orgullo es sólo para Allah, para nadie más. Satán se volvió orgulloso, y por este orgullo él fue arrojado a lo más bajo. El Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, dijo: "aquel que posea incluso la más pequeña partícula de orgullo no podrá entrar en el paraíso." Así, puesto que el orgullo es un atributo tan nocivo e inaceptable, la primera cosa que los grandes maestros enseñan a sus seguidores es como esquivar su orgullo. El gran sabio suele ser una persona tan culta que seguramente esté muy orgulloso de sus muchos conocimientos, y este orgullo no es bueno para él. Así, le fue ordenado el dejar su estatus de gran sabio, y el llegar al nivel más humilde de servicio mediante este trabajo. Todo servicio es honorable, excepto aquellas acciones que Allah el Todopoderoso ha prohibido; así, nadie os puede decir, "debéis estar avergonzados de este trabajo," aunque vuestro trabajo puede ser humilde e inferior. Ahora, limpiando los retretes de una mezquita no está prohibido de ninguna manera -no es como limpiar dependientes en un bar o un cine. Es el retrete de un lugar sagrado, y no hay desgracia en hacerlo. Cualquier objeción que el gran sabio hubiese puesto cuando su maestro le ordenó hacer el trabajo, habría procedido de su ego, diciéndole: "este trabajo no es propio de alguien de tu rango; mira la posición de honor que tenías en comparación con la que quienes ahora ¡Limpiando retretes!" En realidad no hay nada malo en este trabajo, pero sí que está en desacuerdo con los deseos del ego. Así, para oponerse al ego del discípulo, el gran maestro ordenó a su alumno el hacer este trabajo, y el alumno contestó: "realizare esto como indicas, no como mi ego dicta.".


Mawlana Sheikh Nazim


Entonces el gran maestro empezó a limpiar retrete cada día y se volvió completamente devoto a su servicio, dejando de lado su familia, amigos y todas las cosas en pos del deber que su gran maestro le había ordenado realizar. Un día un colega suyo -un hombre muy culto - vino a la gran mezquita y, viendo al gran sabio en su nuevo trabajo, objeto, diciendo: "¿qué estás haciendo? ¿En qué clase de lugar estás trabajando? ¿Acaso el Profeta, bendito sea, no dijo: "La limpieza es parte del Iman (creencia)", así que, ¿cómo es que puedes realiza un trabajo tan impuro? No está bien que una persona de tu rango y estamento realice estas tareas, ensuciándose en el proceso."

La gente de este nivel entiende la limpieza como sólo de tipo externo, la limpieza de las ropas y el cuerpo, y nunca consideran la limpieza del corazón, que no les parece importante. Están haciéndolo fácil para sí mismos, porque si estuviesen empeñados en la limpieza del corazón, se tendrían que someter a un gran Maestro.

El gran sabio contestó su crítica: "tanto como tú sabes, yo sé, y más si cabe, así que no trates de hacerme sentir avergonzado por el servicio que estoy realizando. No te encumbres por encima de mí para juzgarme, y deja el juicio para el Juez de Jueces; vete a meditar sobre tus propios asuntos. Cuando me juzgas, estás tratando de ser un juez junto a Allah el Todopoderoso, y por ello, en ese momento, un asociador. Todo tu conocimiento, si no surge de la plenitud de la herencia del Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, es inútil y vano, un velo que evita que seas testigo de la Realidad. ¡O tu de escasas capacidades!, yo sabía todo lo que tú sabes antes de que entrases en la escuela.".
En realidad, fue el gran Maestro quien mandó al visitante para probarlo -para ver si hasta que punto permanecía firme. Por lo que le hijo este hombre, el pudo ver que su alumno necesariamente permanecía firme y no flanqueaba. Esa noche, mientras el gran sabio estaba en la mezquita, el gran Maestro apareció a su lado y cogiendo por la mano, le ordenó: "cierra los ojos." Le ordenó de nuevo, "abre los ojos." Cuando hizo lo que le fue ordenado, se encontró transportado a Meca – por medio del poder de su gran Maestro fue de Bagdad a Meca en unos pocos segundos; y así mientras miraba a su alrededor, se encontró en la presencia de ciento veinticuatro mil profetas y el mismo número de santos, en la Mezquita Sagrada de Meca, reunidos allí para ser testigos ante el Santo Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, de la orden que dirigía al gran maestro Maulana Khalid de conceder a su murid, el Mufti, la estación de la Sinceridad, la estación en la cual el ego no puede volver a saltar, en la cual está firmemente amarrado, y no se vuelve a caer en las trampas del ego. Aquí es donde se reciben las llaves a los tesoros que han sido dadas por el Señor el día de las promesas; después de que haya sido probado que se tiene suficiente poder para cuidar y guardar sus tesoros adecuadamente. Ni Satán ni su ego pueden engañar en esta estación, porque se está bajo la especial Protección Divina, que guarda de los enemigos ocultos, manteniéndolos lejos; y en este momento se llega a la Estación Celestial ante la Divina Presencia, el objetivo en esta vida, y se ha completado el Designio Divino destinado.

lunes, 18 de enero de 2010

La importancia de las aptitudes ocultas de cada uno - Mawlana Sheikh Nazim

Mi Grandsheikh dice que el Santo Profeta saws,  nunca obtuvo su rango a través de sus actos de adoración o devociones. Como prueba de esto, Grandsheikh relataba una tradición del Santo Profeta saws: “Oh Allah, no me abandones a mis obras, mis acciones, mis devociones, ni aunque sea durante un abrir y cerrar de ojos”. Este hadiz indica que el Profeta saws, nunca dependió de sus propias obras y devociones, y siempre esperó la misericordia incondicionada de Allah, y este rango no era consecuencia de ninguna de sus acciones. Grandsheikh añadió: “Aunque Allah el Todopoderoso le recompensase por sus devociones, el Profeta saws no las aceptaría. ¿Cómo podría él, el Profeta saws, aceptar ninguna recompensa cuando los miembros de su nación de rango inferior al suyo, los santos y los creyentes sinceros, nunca aceptarían pago por sus actos de adoración? De hecho, ningún creyente real aceptaría nada, porque adora solamente para obtener la complacencia de su Señor”.



Grandsheikh Abdullah Al Faiz ad Dhaguestani con sus discipulos

Grandsheikh dice que Allah Todopoderoso le ha dado a cada persona una naturaleza conforme a cierto rango (fitra). Por ejemplo, si tienes una inclinación (ahliyya) por la orden Naqshbandi; nadie puede cambiar ni alterar esta inclinación, y debe aparecer. Así como las diferentes semillas tienen diferentes naturalezas ocultas dentro de ellas, cada hijo de Adán tiene una diferente aptitud dada por su Señor, plantada según la Voluntad Divina, independiente de nuestros actos y devociones. Más tarde o más temprano la aptitud de cada cual debe aparecer. No os sintáis descorazonados, porque estas cualidades estén por ahora ocultas, pero debéis saber que en cualquier momento Allah el Todopoderoso puede decretar que aparezcan, y esta manifestación no estará conectada con ninguno de vuestros actos o devociones, sino que será solamente un regalo de Él, el Todopoderoso. Estas palabras nos llevan a nuevos horizontes de conocimiento y nos abren extensas áreas de sabiduría interior para explorar. Estas buenas nuevas nos deben llenar de felicidad.

Sheikh Naqshband dijo: “Desde nuestro punto de vista, la inclinación de cualquiera por esta Tariqat, es más importante que el hecho de ser musulmán o creyente”. ¿Por qué? Porque la capacidad que nos ha concedido Allah es lo importante, y entonces con nuestras acciones el Islam y el imam aparecerán. Pero la capacidad secreta de Allah el Todopoderoso es más importante. Debéis realizar todas las acciones que exigen el Islam y el imam, pero la capacidad que te ha sido concedida es más importante para Allah. Así el hadiz del Profeta e dice: “Allah no mira nuestras acciones externas, pero si a nuestros corazones”. Con Su mirada dirigida hacia nuestros corazones, esta naturaleza se inundará todavía más de luz divina, más bella y completa. Pero nosotros hacemos buenas acciones con nuestros cuerpos, mientras que el corazón y su movimiento respecto de su Señor son más importantes.

La importancia de esta naturaleza y de su percepción se refleja en la siguiente historia:

Una vez el Profeta saws se estaba dirigiendo a sus compañeros después de la oración de la noche (isha) diciendo: “Oh mis compañeros, es igual para cada uno de vosotros que recéis o hagáis buenas acciones o no, porque los rangos que Allah el Todopoderoso os ha concedido no pueden aumentar o disminuir, pues la tinta del destino se ha secado, y aquellos que Él ha concedido debe llegaros, nada más ni nada menos, independientemente de lo que hagáis”.

¿Cuál fue la respuesta de los compañeros? Todos dijeron: “Oh Profeta, si es así, ¿por qué nos cansamos y nos sacrificamos con todas estas adoraciones y acciones? ¿Por qué nos levantamos en la fría noche y venimos a la mezquita atravesando la distancia en medio de la oscuridad? ¿Por qué abandonamos los brazos de nuestras amantes mujeres cada mañana para venir aquí? Desde ahora no vendremos tan temprano a rezar y permaneceremos con nuestras mujeres calientes en nuestros lechos. Estas sí que son buenas noticias para nosotros”. El profeta les contestó: “Sois libres de hacer lo que queráis, venid o no, pues nadie os fuerza”.

Esta noche abandonaron la mezquita con la intención de permanecer en sus lechos hasta la mañana siguiente. Cuando la última parte de la noche comenzó, y mostraba signos de la llegada del amanecer, Bilal, el muecín del Profeta, empezó a recitar poesías devocionales desde el minarete, como era habitual antes de la llamada a la oración, para despertar a la gente con tiempo suficiente para llegar a la mezquita. Esta mañana en concreto, tan pronto como empezó a recitar todos los compañeros se levantaron desde el principio. Se dijeron a sí mismos, “Le dijimos al Profeta que no íbamos a ir esta mañana, así que debemos quedarnos en nuestras camas”. Sin embargo, y a pesar de sí mismos, arrojaron las mantas, se levantaron de sus lechos, hicieron las abluciones y se dieron prisa en acudir a la oración.

Cuando el Profeta entró en la mezquita esa mañana miró alrededor y vio que estaba llena de orantes, y dijo: “Oh gentes, Oh mis compañeros, intentasteis algo la pasada noche, y estabais firmemente decididos. ¿Qué ha pasado que os ha hecho venir cuando habíais dicho que no?”. Contestaron: “Juramos por Allah que cuando oímos la llamada a la oración, nuestras camas se transformaron en arbustos espinosos o en camas de púas, y estar en ellas era como estar sobre el fuego. No pudimos permanecer en ellas un sólo momento, y saltamos fuera y nos dimos prisa en responder a la llamada a la oración”.

El Profeta e dijo entonces, “Cada criatura encuentra sólo la facilidad cuando actúa de acuerdo a su inclinación particular (ahliyya). Es esta ahliyya, esta naturaleza que Allah ha puesto en vuestros corazón, la que hace que salgáis de vuestros lechos a pesar de la intención en contra que teníais la pasada noche. Cada cual nace con una naturaleza de islam (fitra), y su más profundo corazón siempre está añorando redescubrir esta naturaleza; este secreto está dentro de todo hijo de Adán, y es lo que hizo que os levantaseis”.

Por esta razón, el Profeta no tenías ningún temor de que sus compañeros abandonasen la oración al descubrir estas verdades. También, los herederos de los Profetas no temen revelar ciertas verdades a sus seguidores, porque la naturaleza secreta que Allah ha puesto en sus corazones hará que actuéis, a pesar de vuestros deseos.

Grandsheikh también dijo que el Profeta saws, declaró que sus adoraciones no eran nada y que nunca dependería de ellas. Si es así ¿cómo puede ser respecto de las nuestras? Si se pusieran sólo dos postraciones del Profeta en una balanza y se comparasen con las de todas las naciones, sus dos postraciones serían más pesadas, y si el declarase una vez la unidad de Allah (la illaha illa Allah) y se pesase contra todos los pecados de los hijos de Adán, destruiría todos los pecados. De esto debemos extraer que el rango y poder de nuestro Profeta saws en la Presencia Divina.



Mawlana Sheikh Nazim Al Haqqani

Ni nuestro Profeta saws ni ningún otro profeta necesitan sacrificarse a sí mismos como dicen los cristianos que Jesús hizo consigo mismo, sacrificándose como un cordero sacrificial para Allah en beneficio de su nación. Esto es una vergüenza. Es suficiente con decir una vez “la illaha illa Allah” para que ya no sea necesario el sacrificio humano. Cuando Allah el Todopoderoso, deseando probar a Su siervo Abraham, le pidió que sacrificase a su hijo, en el último momento Él deshizo la orden e hizo descender un carnero desde el cielo para el sacrificio. ¿Así que como iba a hacer de Jesús un cordero ofrecido por los pecados del mundo? Esta es una afirmación horrible y sin fundamento.

El último Profeta saws, y todos los profetas antes de él poseían Poderes Divinos con los cuales guiaban a la gente al camino recto, sin necesidad de ser corderos de sus naciones.

A pesar del increíble valor de las devociones del Profeta, el no dependía de ellas y no esperaba pago por ellas de Allah, sólo las realizaba buscando el agrado de Allah, este era su objetivo. Puede que preguntéis entonces “¿Cuál es la utilidad de nuestra adoración, de nuestras acciones?”. Nadie puede realizar una adoración que sea digna de nuestro Majestuoso Señor. Nadie puede adorar a Su señor como debería ser Adorado, pues ante Su Grandeza el todo es nada. Pero se nos ha ordenado, y así nosotros cumplimos.

El Grandsheikh contaba de Sayyduna Ali, que refiriéndose a las señoras dijo: “Nada bueno viene de ellas, pero nadie puede vivir sin ellas”. La mujer de Ali, Fátima, la hija del Profeta le dijo: “Somos como las rosas, de tiempo en tiempo debes olerlas, sino no tienen utilidad.” Igualmente” dice Grandsheikh, “nada de se obtiene de nuestra adoración, es inútil, pero inútil en el sentido de dar el respeto adecuado a él Majestuosos Señor. Es imposible dar absoluto respeto con esta adoración, pero como nos ha sido ordenado la realizamos, y tanto si es útil como si no, no podemos depender de ella”.

Esta es una realidad de la cual debemos ser conscientes, y cuando entiendes este punto te protegerá de sentirte orgullosos de tus devociones, y esto es muy importante, pues quien se siente orgulloso de sus adoraciones cae, como Satán. Lo peor para un siervo es mirarse a sí mismo y decir: “Oh, qué bueno soy, soy un siervo tan obediente” y mira a los otros diciendo: “Míralos, no adoran, pero nosotros sí”.

Se nos ha ordenado construir escaleras hasta la luna. Los constructores de rascacielos están llenos de orgullo por sus logros, y miran con desdén a la gente del suelo diciendo: “Oh gente perezosa, nosotros hemos llegado al cielo mientras que vosotros estáis todavía en el suelo” Dicen esto, pero no importa lo altos que hagan sus edificios, pues aunque pusiesen piedra sobre piedra eternamente nunca alcanzarían la luna de esta manera. Lo importante es prestar atención a las órdenes de Allah el Todopoderoso y obedecerlas tan bien como podamos, pues aunque puede que seamos mejores que aquel que no lo intenta, pues obedecemos las ordenes, es mejor intentarlo aunque el éxito sea imposible de obtener por este camino, debemos hacerlo por respeto al Señor. En cada religión cada Profeta vino a enseñarnos esto.

Fatiha